viernes, 5 de febrero de 2010

TETADA PROTESTA por la lactancia materna, que nos echan de los restaurantes!!!

Una amiga ha convocado una tetada protesta en base a esta noticia,

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ciudadanom/2010/02/01/la-ofensa-de-la-lactancia-materna.html

la he puesto al final de esta entrada.

La hora y lugar :
TETADA multitudinaria

Fecha:
Domingo, 07 de febrero de 2010
Hora:
12:00 - 15:00
Lugar:
En la Hospedería del Antiguo Convento de Boadilla del Monte

Descripción
En apoyo a esta madre de la noticia, y en apoyo a todas las madres que amamantamos y nos ven como bichos raros, como algo "sucio" y vergonzoso.
Para que el mundo se entere ya de lo que sginifica la lactancia materna.

Está colgado en el facebook en este enlace

http://www.facebook.com/event.php?eid=282193543945&ref=mf


ESTE ES EL ARTÍCULO DEL EL MUNDO:
La ofensa de la lactancia materna

01 FEB 2010 10:08

LUCÍA MARTÍNEZ.- Yo llevaba ropa específica para la lactancia, que permite dar el pecho con bastante discreción, y le di.En ese momento no pasó nada, pero al cabo del rato la niña pidió de nuevo. Mi sorpresa fue que en esta segunda ocasión, el sumiller me llamó la atención (muy educadamente) en nombre del restaurante, alegando que el resto de los comensales del salón se podían sentir ofendidos con mi acción. Yo retiré a la niña y me cubrí el cm2 de pecho que estaba a la vista, con la cara colorada como un tomate.

Tras la comida, pusimos una reclamación escrita y nos fuimos. A las pocas horas nos llamaron desde el restaurante para disculparse por si no nos habíamos sentido tratados adecuadamente, afirmando que habían actuado, a su entender, de forma correcta. Nos ofrecieron cenar a cuenta de la casa para olvidar el malentendido.


Rehusamos la invitación, y aceptamos las disculpas, aunque no compartamos la interpretación de los hechos, ya que ver una ofensa en la lactancia materna nos resulta retorcido y un atentado contra la dignidad de la madre. Quiero dejar constancia del hecho por varios motivos. El primero, para ahorrarle a otra madre el trago, porque es bastante desagradable saber que durante toda la velada has sido la comidilla del servicio, y que se ha llegado a realizar una votación sobre si procedía o no darme un toque de atención (ganó el sí 10 a 2). Esto se lo explicó el propio maître a mi marido mientras estaba poniendo la reclamación.




El segundo, porque aquél que ve no se qué tipo de insinuación cochina o irrespetuosa en la lactancia también pasa un mal rato luchando con sus propios demonios (vamos, digo yo). Ya que el problema en sí, no fue la alimentación del bebé, sino que hubo una teta, o al menos unos centímetros de ella, al aire. Un biberón no hubiese sido objeto de tanta polémica, es más, probablemente los camareros se hubiesen ofrecido encantados a calentarlo. Lo más gracioso de todo es que preguntamos, y, hasta lo que sabemos, nadie se había quejado.

Y en tercer lugar, porque mujer precavida vale por dos. He estado en un sinfín de restaurantes de todas las clases y categorías con algún niño lactante (hoy es mi hija, antes fueron hijos de amigos, sobrinos.) y jamás nadie en mi entorno se había encontrado en una situación parecida. Probablemente, esto ha hecho que estuviese confiada y no se me ocurriese preguntar si dar el pecho en el establecimiento iba a suponer un problema. Desde este momento, ya sé que cuando haga una reserva debo añadir este dato para que no me vuelva a suceder.

Cada local tiene perfecto derecho a decidir lo que considera fuera de lugar en su entorno, y no voy a ser yo la que ponga pegas, pero no pienso ser de nuevo el objeto de debate, ni la fuente de conflicto, por algo que considero natural como la vida misma. Quien se ofenda por verme amamantar a mi bebé, ya tiene dos tareas, pero allí donde no soy bien recibida, que no me esperen.

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